La Mariposa y El Tsunami. Teoría del caos Volkswagen

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La Mariposa y El Tsunami. Teoría del caos Volkswagen

Área: Cumplimiento Normativo
Autor: Equipo Técnico de IN DIEM
Fecha: Noviembre, 2015

“El aleteo de las alas de una mariposa puede provocar un Tsunami al otro lado del mundo” (Edward Norton Lorenz, matemático y meteorólogo de la Teoría del Caos, 1973)

Pocas veces se puede encontrar una cita más metafórica que se manifieste en una realidad tan precisa y apreciable como se ha plasmado en el CASO VOLKSWAGEN.

El investigador colombiano Francisco Posada y el equipo de ingenieros de la Universidad de West Virginia con un presupuesto de 62.000 euros representan la mariposa.

El Grupo Volkswagen a nivel mundial con un coste mínimo previsto de 22.500.000.000 euros representa el Tsunami.

Las cifras son correctas y exactas, un proyecto de investigación que costo 62.000 (sesenta y dos mil) euros le va a ocasionar a la compañía Grupo Volkswagen solo en multas e indemnizaciones previstas un coste de 22.500.000.000 (veintidós mil millones quinientos mil) euros, cantidad que presumiblemente puede incrementarse tanto en conceptos como en cuantías, de forma que 1 solo euro invertido en el citado proyecto se ha transformado en 362.903,2 euros de coste efectivo para el Grupo Volkswagen.

El relato de esta historia real y actual, donde se revela como invirtiendo muy poco capital se consiguen ocasionar o, debidamente asesorado, evitar resultados tan notorios y trascendentes, comienza así.

El International Council on Clean Transportation (ICCT) de los EEUU es una organización independiente sin fines de lucro constituida bajo la Sección 501 (c) (3) del Código Fiscal de los Estados Unidos que proporciona un análisis técnico y científico a los reguladores ambientales.

Dicha entidad, tras estudiar y analizar el informe publicado en el año 2011 por el Joint Research Centre de la Comisión Europea en el que alertaba de que en los vehículos a motor que circulan en Eurpoa los niveles de emisiones en conducción real excedían “sustancialmente” los datos recabados en laboratorio, decidieron comprobar si tal situación y contingencia se producía a su vez en los vehículos a motor que circulan en los EEUU.

La ICCT, sin ánimo de lucro y financiada por fundaciones como Hewlett y Packard, puso 70.000 dólares sobre la mesa (unos 62.000 euros) para saber si los vehículos diésel que circulan por los EEUU cumplían los criterios de emisiones de óxidos de nitrógeno (NOx), encargándose tal labor al investigador colombiano Francisco Posada y el equipo de ingenieros de la Universidad de West Virginia.

El plan consistió en una expedición de casi 4.000 kilómetros de ida y vuelta entre Los Ángeles y Seattle con 3 vehículos, un Volkswagen Passat, un Volkswagen Jetta y un BMW X5, modelos de 2012 y 2013 y a los que no pudo añadirse un Mercedes por falta de presupuesto, llevando cada uno de ellos en el maletero un pasajero mudo: el PEMS, un aparato conectado al tubo de escape capaz de registrar las emisiones contaminantes del vehículo mientras circula sin necesidad de estar en el banco de pruebas de un laboratorio.

El proyecto duró 39 horas y 31 minutos que emplearon en cubrir el recorrido a una media de casi 101 kilómetros por hora. En junio de 2013 acabo la recolección de datos y empezó la fase de análisis.

El ICCT pidió al organismo estatal que mide la calidad del aire en California, el CARB, que se encargara de hacer las pruebas de laboratorio mientras el ICCT y la Universidad de West Virginia realizaron las de conducción real.

La comparación entre ambas diría si las emisiones de NOx eran tan diferentes en EEUU como en Europa.

Casi un año después, el ICCT presento el resultado de la investigación en un simposio y alerto a la Environmental Protection Agency (EPA) de EEUU: las emisiones de NOx en el Jetta superan en hasta 35 veces lo permitido, en hasta 20 veces en el Passat, y se mantienen dentro de los límites en el BMW.

Hay que tener en cuenta que el ICCT no detecto el software sino que se limitó a medir en el laboratorio y en la calle y a comparar los resultados procediendo a informar a la EPA quien, tras confirmar los datos, se puso en contacto con Volkswagen para avisarle de que está superando los límites, sin que de momento se hable de la existencia de un dispositivo ilegal. Esa relación se alargó durante unos meses en los que mantienen correspondencia y la empresa realiza correcciones que resultan insuficientes para cumplir las normas.

El 18 de septiembre de 2015 la EPA lanzo a la luz pública la acusación: “Volkswagen ha violado la Clean Air Act”.

Añade que tal entidad lo siguiente: “Utilizó presuntamente un software para esquivar las pruebas de emisiones en laboratorio”, cifrando en 482.000 los vehículos con el dispositivo instalado en Estados Unidos desde 2008.

Horas después Volkswagen reconocía el engaño y le daba escala global: 11 millones de coches estaban engañando a las autoridades con sus emisiones.

El jefe de Volkswagen en Estados Unidos, Michael Horn, reacciono utilizando una gráfica expresión para dejar claro el estado de ánimo de los directivos ante la magnitud del problema: “La hemos cagado por completo”.

Para acometer semejante problema Volkswagen ha creado un fondo de 6.500 millones de euros.

A tal situación se une el hecho de la correspondiente sanción que el Gobierno de EEUU va a imponer a la citada entidad ya está valorada hasta la fecha en un mínimo de 16.000 millones de euros.

Y a todo ello se une el último acontecimiento de 4/11/15 consistente en el reconocimiento por parte de Volkswagen de la existencia de “irregularidades” e “incoherencias inexplicables” en las emisiones de dióxido de carbono (CO2) de alrededor de 800.000 vehículos de su grupo de los cuales 98.000 son de gasolina, para lo cual ha creado un fondo de 2.000 millones de euros con el fin de atender tal contingencia.

A su vez el número de marcas y tipo de vehículos afectados no cesa de incrementarse y a resultas de las investigaciones se han visto a su vez implicadas las marcas SEAT, AUDI, SKODA y recientemente PORSCHE así como tanto los motores diesel como los gasolina recientemente descubiertos.

En consecuencia los 62.000 euros que costó el proyecto de la ICCT en el que se basó la EPA para su investigación y sanción, es decir la mariposa, se han convertido para Volkswagen en un problema real y tangente valorado en 22.500 millones de euros, es decir el Tsunami.

Y a lo expuesto se une el desprestigio a nivel bursátil de la marca, acreditado en el hecho de que las acciones de la compañía en EE UU cerraron con pérdidas superiores al 5% en una sola sesión, en la bolsa de Frankfurt se desplomaron un 9,5% solo en el 4/11/15, y a nivel de ventas en el mes de octubre, y por ello previo al último comunicado sobre la existencia de “irregularidades” en las emisiones de dióxido de carbono (CO2) , con una caída de ventas del 0,7% en Alemania, una bajada del 3% en Francia y una débil mejora en Estados Unidos del 0,24% frente a crecimientos de dos dígitos para sus rivales.

En España tal situación ya tiene las primeras consecuencias judiciales directas manifestadas en una de las primeras imputaciones judiciales a una empresa efectuadas conforme a la nueva LO 1/15 modificadora del Código Penal concretadas en las Diligencias Previas nº 91/15 tramitadas por el Juzgado Central de Instrucción nº 2 de Madrid en el que mediante Auto de 28/10/15 se notifica al GRUPO VOLKSWAGEN como persona jurídica a quien se atribuye un hecho punible la iniciación de este procedimiento penal contra la misma.

Sevilla (ESPAÑA), Noviembre 2015.
IN DIEM Abogados